Si sentís tu pelo áspero, lo notás apagado y sin brillo, seguramente le esté faltando un mimo extra. Si querés saber cómo hidratar el cabello de la forma correcta y devolver toda su belleza, seguí leyendo.
¿Por qué se produce?
El cabello seco se produce debido a que el cuero cabelludo no produce la cantidad suficiente de grasa para hidratar la fibra capilar. Otra de las causas puede ser que la propia fibra no sea capaz de retener la humedad de los aceites naturales.
Otros factores que repercuten en el estado de nuestro pelo son, las condiciones climáticas, utilizar con mucha frecuencia herramientas de calor, o también lavarse demasiado el pelo.
Si querés hacer un test para medir qué nivel de sequedad tiene tu cabello, sólo necesitás al estirar el pelo y si se rompe fácilmente, es debido a la falta de hidratación y necesitás tratar tu cabello seco.
Dale a tu pelo la hidratación que necesita
Buscá productos de cuidado capilar que aporten hidratación en cada una de las fibras capilares, así como también, que las ayude a retener la humedad. Los aceites como el de palta, o el de argán son perfectos para conseguir un pelo sedoso, ya que permite que las hebras de cabello se regeneren.
Limitá el uso del secador, y cuando lo hagas, intentá utilizar una configuración de calor baja. Secarte el cabello, alisarlo y ondularlo con demasiada frecuencia también puede tornarlo quebradizo y seco.
Utilizá un shampoo y acondicionador que esté libre de sulfatos. Una opción recomendable es la línea Elvive Oleo Extraordinario, su fórmula contiene óleos de flores y aceite de coco proporcionándole brillo y luminosidad.
Evitá lavarte el cabello con agua caliente. El agua caliente puede barrer los aceites naturales y la humedad de tu cabello dejándolo seco y opaco.
Protegé tu pelo de la exposición a los rayos solares. Aplicate algún aceite del estilo de Elvive Óleo Extraordinario para prevenir cualquier posible daño.
Evitá cepillar el pelo con mucha fuerza, ya que podés lastimar tu cabello contribuyendo a que las puntas se abran. Comenzá siempre de abajo hacia arriba, y hacelo con la ayuda de un peine de dientes anchos.
